La juventud que viene

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Nuestros pequeñines apuntan maneras ¿Quién dijo que la indiferencia y el pasotismo es la lacra de nuestros futuros dirigentes? ¿Alguien osa poner en duda la inquietud de nuestra juventud, su interés ante cualquier estímulo? ¿Acaso estamos tan ciegos que no observamos su desparpajo para alcanzar metas cada vez más ambiciosas y sembradas de dificultades? ¡Hombre, por favor! Concedamos a nuestros jóvenes el crédito que se merecen. Como muestra, vean la foto que nos envía desde Cáceres el amigo Saturnino, en la que se ve claramente cómo su pequeño Kevin se viene arriba en la presencia de un buen licor de Malta. Este es el espíritu que queremos, estos son los cachorros que tomarán nuestro testigo en el futuro. ¡Con coraje, con ansia, con huevos! Muy bién Kevin, aguanta unos añitos, aunque ya puedes ir pagando una ronda, chiquitín.

No podemos ser rácanos, démos lo que nos piden. ¿Que quieren una moto? ..¡¡Toma la moto!! ¿Que se quieren ir de viaje? pues pagamos el viaje aunque no comamos el resto del mes ¿Que le rompen las piernas al profesor de primaria porque es muy feo? pues ¡olé mi niño!; el caso es evitarles berrinches, traumas que, en el futuro darían lugar a una generación de ejecutivos atormentados. Negarles una "chuche" puede suponer que, el día de mañana, nieguen un préstamo hipotecario sólo por joder. No someternos a sus caprichos puede dar con nuestros huesos en una residencia siniestra de Vietnam del Sur convirtiendo nuestra vejez en un infierno como el de Rambo. Mantened a vuestros hijos en casa hasta que maduren, aunque tengan cuarenta años. Si no quieren estudiar ni trabajar ¡qué le vamos a hacer! es su decisión, su derecho, buscaremos un segundo empleo para llegar a fin de mes; no forcemos la máquina. En lugar de un sonajero o un chisme colgado del techo con ositos flotantes, colocad en la cuna una "play" y un teléfono móvil; en los "cumples" sustituid a Mark Twain por el Kamasutra (edición de bolsillo), los globitos de colores por condones de sabores, los "Potitos" por "Whoppers", a "Blancanieves" por "Lucía La Piedra", cambiad a los Reyes Magos por los "camellos" y si han sido malos, los trozos de carbón por chinas de hachís (por supuesto libanés, no se vayan a mosquear). Acudid al sicólogo, descartad el sentido común. Es el siglo XXI, no lo olvidéis.

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