El cumpleaños de Monseñor

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Obsérvese el alboroto, al enterarse de la invitación


Leo con sorpresa en la contraportada de La Provincia, la reseña de una comida que Monseñor Rouco Varela, con motivo de la visita del Papa a Madrid, va a dar el día 20 en su “residencia” para agasajar a su Santidad, al tiempo que celebra su 75 aniversario. Hasta aquí todo normal. La cosa se complica cuando, más abajo, leemos:

“ ..Además del Sumo Pontífice y del cardenal Rouco, a la comida asistirán unas 60 personas, entre cardenales, obispos y el séquito papal.”

Vamos a ver: ¿Qué tipo de “apartamento” tiene su Ilustrísima, para que se acomoden ¡60! personas a comer, la mayoría de ellos con cierto sobrepeso? Sorprendente, aunque esto no es todo. A continuación se relata el menú en cuestión. Reproduzco literalmente:

“En el menú, en el que no puede haber ni huesos ni espinas, se incluirán como entrantes aceitunas españolas, tostas de foie, una tabla de ibéricos, una tabla de quesos (todo ello acompañado con panes Brezel, pan negro, pan de nueces y pan de chapata) y unas cucharitas de corazón de alcachofa con una salsa holandesa.

En cuanto a los platos principales, se servirán un salmorejo con huevo de codorniz cocido y jamón ibérico, y un solomillo con salsa al vino tinto.

"Desde el Vaticano nos dijeron que no pusiéramos ajo en el salmorejo ni setas en el solomillo, porque al papa no le sientan bien", ha contado Lola Ferrer, profesora del centro y una de las creadoras del menú, que ha afirmado que para elaborar las comidas se pusieron de acuerdo con los cocineros de Benedicto XVI, con Rouco y con la persona que ha elaborará el resto de los alimentos que el papa tomará en su estancia en Madrid.

Ferrer ha detallado también que durante el postre los comensales podrán degustar un helado de limón con gelatina de gin tonic y salsa de bayas de enebro, y productos típicos españoles, como rosquillas madrileñas, pestiños o tejas, así como chocolatinas con el logotipo de la JMJ acompañadas de cerezas bañadas en chocolate.

La cocinera ha explicado que, además, darán a la comida "un toque alemán", en alusión a la procedencia del papa, ya que elaborarán "unas gominolas de cerveza".


No sé por dónde empezar. En primer lugar, un suspenso bajo a la Srta. Ferrer  por permitir que se publique este despropósito, por incluir la cursilada de los huesos y las espinas y sobre todo, por pretender servir un salmorejo sin ajo. Querida Lola, si al Papa no le “sienta bien” el ajo, pues dele otra cosa porque un salmorejo sin ajo es como pretender darle un solomillo sin carne, por aquello del colesterol (usted debería saberlo) y no se trata de cargarnos ahora nuestra cultura culinaria que es tan sagrada como los comensales.
Más adelante se comenta que, dado que su Santidad no bebe alcohol, intentarán que “pruebe un poquito” de los vinos españoles que se servirán en el ágape. ¿Cómo que un poquito? Si no toma vino pues que no lo sirvan y todos coman con Fanta. ¿Se imaginan al Papa con su naranjada y al resto de comensales con tintorro? Me parece feo. ¿Dónde queda el protocolo?
Pero lo peor viene al reparar en los detalles del menú de marras. Analicemos: “salsa al vino tinto”, “gelatina de gin-tonic” (que me parece una estupidez), “bayas de enebro” y de remate “gominolas de cerveza” entre los múltiples postres ofrecidos.
Ni que decir tiene que se van a poner las botas, el azúcar se les va a subir por las nubes y además van a coger una cogorza de padre y muy señor mío (nunca mejor dicho). Ya les estoy viendo bailando la “conga” por Malasaña con Rouco a la cabeza, si Dios no lo remedia.
En fin, espero que “La Provincia” no llegue a manos de los millones de necesitados que apenas tienen asegurado el puñado de arroz de cada día. Y esto no es demagogia, es una vergüenza.
Amén.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jua!Es verdad. ¡vergonzoso!

Unknown dijo...

ES UNA VERGUENZA ¡¡¡